domingo, 24 de julio de 2016

MOMIA TATUADA DE HUACHO



MOMIA TATUADA DE HUCHO

Varios hallazgos arqueológicos que realizáramos en la zona de Huacho indican la presencia de momias cuya piel reseca conserva, pese al tiempo transcurrido, importantes diseños tatuados. Tales restos llaman la atención para la historia regional, porque pueden ilustrarnos sobre algunos aspectos de las ideas y las costumbres de la cultura nativa. Su hallazgo procede de tumbas en las que se habían inhumado a personas de tiempos prehispánicos, las cuales fueron envueltas con numerosas mantas tejidas en algodón, acompañadas con diversos artículos que, en muchos casos, revelan la posición social, el oficio, la economía y otros aspectos vinculados a la sociedad en que se desenvolvían. Finalmente, las tumbas eran cubiertas con arena, de tal manera que se protegía el contenido del entierro por cientos de años. En similar circunstancia se conservaron también los propios cuerpos difuntos con las huellas de los tatuajes que desafiaron al tiempo. 
El tatuaje, según los indicios arqueológicos asociados a las momias, son de origen preinca y su práctica ocurrió entre los siglos X al XV de nuestra era. Pero, debió continuar hasta los primeros tiempos del colonialismo hispano. En los siglos indicados, la sociedad que ocupó el valle de Huaura y Huacho, fue la denominada cultura Chancay, cuya área de expansión abarcó también los territorios yungas del valle de Huaral.
Para la arqueología, cuyo empeño se orienta hacia el conocimiento del pasado de las sociedades prehistóricas, cobra importancia el descubrimiento de nuevos datos para el mejor entendimiento de la trayectoria de los grupos humanos que habitaron un determinado lugar del planeta. Por eso, el hecho de haber identificado la práctica del tatuaje en las sociedades prehispánicas que se desarrollaron en Huacho y el valle de Huaura, reviste especial interés, toda vez que los diseños plasmados en la piel humana abren nuevas posibilidades de aproximarnos al conocimiento del mundo ideológico que animó a las grupos sociales del Norte Chico.
La ciudad de Huacho es la capital de la provincia de Huaura en la región de Lima, Perú. Se halla a 150 kilómetros al Norte de Lima, a la cual está unida por la carretera Panamericana Norte. Ocupa un territorio llano en la margen izquierda del río Huaura, adyacente al Océano Pacífico. Su clima corresponde a la zona Chala y Yunga, sin lluvias durante casi todo el tiempo, excepto unas tenues lloviznas, denominadas garúa, que aparecen durante el invierno. Está rodeado por desiertos tanto al Norte como al Sur, pero goza de una campiña alimentada por las aguas del río Huaura que baja de la zona altoandina de la provincia de Oyón. La producción marina como la actividad agrícola, derivadas del aprovechamiento del mar próximo, como del valle donde se ubica, le ofrecen buenas condiciones para la subsistencia y el comercio. Esta producción combinada de recursos, tanto marítimos como agrícolas fue la base de la subsistencia tradicional cuyos orígenes proviene de muchos miles de años antes de nuestra era. Tal situación promovió para que Huacho emergiese como población moderna después de haber transitado por un proceso de desarrollo que abarcó varias etapas de la historia nacional.


Del proceso recorrido por la sociedad huachana han quedado vestigios importantes que se distribuyen al entorno de la propia ciudad de Huacho. Entre ellos destacan los restos arquitectónicos y los cementerios, los cuales, a pesar de la pavorosa depredación que sufren, dejan aún evidencias susceptibles de ser estudiadas en el presente. Justamente, son los cementerios localizados a inmediaciones de la ciudad en los cuales hemos identificado restos de momias con huellas visibles de tatuajes. Ha sido principalmente el cementerio de Cerro Colorado y otros adyacentes a él, como aquellos distribuidos entre el asentamiento humano de Atalaya y el de Cerro Colorado, en la zona Sur de la ciudad, los que han proporcionado la mayor cantidad de muestras.
El estudio se ha realizado mediante observaciones directas de los restos humanos momificados, teniendo en cuenta las condiciones de su hallazgo, las asociaciones arqueológicas, la diferenciación sexual y la edad de los individuos. Estos rasgos, en varios casos, resultaban evidentes por cuanto mostraban aún las señales específicas del sexo y el tamaño de los huesos. Luego de ser limpiadas dichas muestras se procedió a fotografiarlas y hacer los calcos de los diseños tatuados con la finalidad de apreciar su distribución en el cuerpo y las recurrencias.


https://www.google.com/maps/d/edit?mid=1tZQwn43HAmRb97dvhugibyiSUR0



1 comentario:

  1. Hola Betty!!
    Gracias por compartir con todos nosotros este patrimonio de tu tierra y por ser parte de esta propuesta educativa.
    Saludos
    Cristina
    Equipo Docente

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